DESCUBRE
TUS ALAS
¿Qué harías si pudieras volar?
¿Cómo serían tus alas al abrirlas?
¿Qué sentirías ante la sensación de volar a donde quisieras?
¿Cómo sería el latido de tu corazón?
Y la verdad es que podemos volar a donde queramos,
podemos levantar el vuelo siguiendo la guía del corazón.
sin embargo, nos atamos al árbol más cercano.
¿Cómo serían tus alas al abrirlas?
¿Qué sentirías ante la sensación de volar a donde quisieras?
¿Cómo sería el latido de tu corazón?
Y la verdad es que podemos volar a donde queramos,
podemos levantar el vuelo siguiendo la guía del corazón.
sin embargo, nos atamos al árbol más cercano.
El
cómo te sientes es fundamental para saber si estás volando,
a veces pueden venir vientos turbulentos a sacarnos del rumbo
y ahí es cuando se hace fundamental la pregunta: ¿Me quedo en tierra o continúo mi vuelo?
Ahí es cuando nos desafiamos,
ahí es cuando nos descubrimos,
ahí es cuando nos damos a la tarea de vernos y reconocer las alas que tenemos,
pues nuestras alas son nuestro impulso,
nuestro cuerpo el vehículo para experimentar
y nuestro corazón el motor de ésta grandiosa nave.
a veces pueden venir vientos turbulentos a sacarnos del rumbo
y ahí es cuando se hace fundamental la pregunta: ¿Me quedo en tierra o continúo mi vuelo?
Ahí es cuando nos desafiamos,
ahí es cuando nos descubrimos,
ahí es cuando nos damos a la tarea de vernos y reconocer las alas que tenemos,
pues nuestras alas son nuestro impulso,
nuestro cuerpo el vehículo para experimentar
y nuestro corazón el motor de ésta grandiosa nave.
LA MARIPOSA QUE LE
GUSTABA VOLAR EN LA TORMENTA
Había una mariposa un poco diferente a las demás.
¿Porque diferente? Pues ella tenía hermosos y muy
llamativos colores, que incluso podías distinguir de lejos, pero tenía una gran
singularidad y era que a ella le encantaba volar en las tormentas, de hecho las
buscaba, tanto, que sus alas se mojaban quedando completamente empapadas hasta
que no podía volar más, y así, ella esperaba tendida en el suelo a que pasara
la tormenta, saliera el sol, sus alas se secaran y volvía a buscar nuevamente a
otra tormenta para volar en ella y la mojara nuevamente.Un día muy soleado,
Mariposa buscaba fervientemente una tormenta que la empapara pero no conseguía
una, triste y desdichada se posa sobre un viejo y sabio árbol, quien al verla
tan afligida le pregunta:
-“¿Qué te sucede querida amiga?”
A lo que la mariposa responde: -“Es que no encuentro
una tormenta”.
El árbol se extraña ante la respuesta de la dulce,
delicada y frágil mariposa y le pregunta:
-“¿Por qué quieres encontrar una tormenta?”.
-“¿Por qué quieres encontrar una tormenta?”.
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