jueves, mayo 14, 2020

Momento de leer

Hoy en Mi Blog Si quieres malograr a tu hijo… Dale todo lo que quiera, satisfaciendo sus caprichos. Lo harás creer que todo se alcanza sin esfuerzo y cuando sea mayor exigirá lo mismo de la sociedad. Recoge lo que él tira y desordena, permite que destruya a su antojo y repara los daños sin reconvenirlo. Crearás en él la idea de que todo el mundo debe servirlo y que él tiene derecho a exigirlo. Dale siempre la razón, contra los maestros, los vecinos, los mayores o los compañeros y lo harás soberbio e injusto, convenciéndolo de su inhabilidad. Aplaude la grosería y la fuerza bruta y creerá razonable aplicar la ley e la selva. Cuando le falte el respeto a alguien, sonríele. Pederá la consideración a sí mismo. Apoya su tendencia al engaño y aprovechamiento. Estimularás los malos instintos que llevamos adentro. Tolera que sea desconsiderado con los humildes o los servidores y perderá la noción de la convivencia y el amor al prójimo. Foméntale el lujo desmedido y podrá alcanzar algún placer, pero nunca la felicidad. Deja que maltrate a los animales y destruya las plantas. Se convertirá en un hereje, entonces no podrá gozar del maravilloso espectáculo y ejemplo de la naturaleza. Disimula la mentira y se convencerá de que puede engañar, pero perderá la confianza en la palabra, en los demás y en sí mismo. Tolera que no respete la propiedad ajena y le faltará tranquilidad para gozar de la suya. Lucas era el tipo de persona que te gustaría odiar. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, él respondía: “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”. Era un gerente de restaurante único y sus empleados lo seguían de restaurante en restaurante. La razón que expresaban por tanta fidelidad para su jefe, era por su actitud. Él era un motivador natural. Si un empleado tenía un mal día, Lucas estaba siempre para decirle cómo ver el lado positivo de cada situación. Ver este estilo de vida, sinceramente me causó curiosidad, así que un día encontré a Lucas y le pregunté: -No lo entiendo, no es posible ser una persona positiva todo el tiempo, ¿Cómo lo haces?; a lo que Lucas respondió “todas las mañanas me despierto y me digo a mi mismo `Lucas, tienes dos opciones hoy, puedes escoger estar de buen humor o escoger estar de mal humor`; y siempre escojo estar de buen humor”. Lucas continuó: - Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger ser una víctima o aprender de ello, y yo escojo aprender de ello. Cada vez que alguien viene a quejarse, puedo amargarme o ver el lado positivo del reclamo o yo siempre elijo encontrarle el lado positivo y nunca me dejo abatir. - Sí, claro… pero no es fácil y hasta te diría que es casi imposible ser siempre así, respondí. - Si lo es – dijo Lucas – todo en la vida es a cerca de elecciones, cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges cómo reaccionar ante cada situación, nadie más que tú. Tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen humor o de mal humor. En resumen, tú eliges cómo vivir la vida. Reflexionen lo que Lucas me dijo. Poco tiempo después, dejé la industria restaurantera para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Lucas cuando tenía que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar a ella. Varios años más tarde me enteré que Lucas sufrió un grave atentado. Por un descuido, había dejado la puerta trasera de su restaurante abierta y recibió la inesperada visita de ladrones. Mientras habría la caja para entregarles el dinero, entró un cliente al local lo que provocó que los ladrones entraran en pánico y le dispararon en la espalda a Lucas. Rápidamente Lucas fue llevado a un hospital en donde lo operaron de urgencia para extraerle la bala. Tras varias semanas de internación en terapia intensiva, Lucas fue dado de alta. Me encontré con Lucas seis meses más tarde y cuando le pregunté cómo estaba, me respondió “si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”. Le pregunté qué pasó por su mente en el momento del asalto a lo que contestó: “Lo primero que vino a mi mente, fue que debía haber sido más cuidadoso y cerrado la puerta trasera de mi negocio. Cuando estaba tirado en el piso, bañado de sangre, recordé que tenía dos opciones, elegir vivir o elegir morirme en ese momento y no dudé, elegí vivir.” -No sentiste miedo, le pregunté. - Los médicos fueron geniales, no dejaban de decirme que pronto estaría bien, pero cuando me llevaron al quirófano, pude ver en sus ojos que era hombre muerto. En ese momento me dije: Debo ponerme en acción… -¿Qué hiciste?, pregunté. -Bueno, uno de los médicos, antes de operarme, me preguntó si era alérgico a algún medicamento, a lo que respondí que “sí, a las balas… mientras reían les dije “estoy escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo y no muerto… Lucas vivió por la maestría de los médico, pero por sobre todo por su asombrosa actitud. Aprendí que cada día tenemos la elección de vivir plenamente. La actitud, al final. Lo es todo. Un predicador desplegó ante su auditorio una hoja blanca de grandes dimensiones que tenía en el centro un punto negro. -¿Qué ven?, preguntó… “Un punto negro, contestó el auditorio casi con unanimidad. Comentó el predicador quejosamente: -¿Es posible que nadie haya visto todo el blanco de la hoja?... Damos tantas vueltas alrededor del mal y de nuestros problemas que olvidamos valorar y agradecer a diario todo lo que de positivo tenemos y que a diario disponemos. Qué útil sería aprender a pensar siempre en cuánto blanco rodea a un punto negro. Cuentas que un alpinista, desesperado por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria solo para él, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes. , subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire cayendo a velocidad vertiginosa. El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida. Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente, sintió el fuerte tirón de la cuerda que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña. En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le quedó otra que gritar ¡¡Ayúdame Dios mío!! De repente una voz grave y profunda, de los cielos, le contestó: -¿Qué quieres que haga? -¡Sálvame Dios mío! -Realmente crees que Yo pueda salvarte -Por supuesto Señor… -Entonces corta tu cuerda y déjate caer… Hubo un momento de silencio… y el hombre se aferró más aún a la cuerda. Cuenta el equipo de rescate que al día siguiente encontraron al alpinista colgando de la soga, muerto y con sus manos congeladas sobre la cuerda, a tan solo dos metros del suelo. ¿Y usted?, ¿Qué tan aferrado está a su soga?, ¿Se soltaría?...

No hay comentarios.:

En Intimo Prime Time Estelar

Eres Unico y Por Que

La Mujer De Judas Intimo Estelar Prime Time Estelar Autor: Frases En Intimo Hoy en Mi Blog, En Intimo Estelar Prime Time Eres Unico en todo ...